Igual que las respuestas que busca,
Glauca es ambigua.
Nace del fondo y en el fondo.

Glauca dice :¿Por Qué?

Ad Hoc

sábado, 7 de agosto de 2010

Diseñando


He tropezado con una frase que me ha dado que pensar, pues expresa brevemente una máxima que he defendido siempre, aunque no de forma tan eficaz.
La frase dice así: “Somos adultos, sin hijos y podemos por tanto, permitirnos el lujo de diseñar nuestro matrimonio”. Seguramente alguien identificará su procedencia aunque esta no me resulta trascendente hoy.
Efectivamente, doy por hecho, acepto y apoyo la libertad y el derecho que todos tenemos de diseñar, decorar, elaborar una vida a nuestra medida.
Esto, no lo nieguen, resulta sumamente atractivo y seductor ¿verdad?
Pues entonces… ¿Cuales son los problemas, las dudas, los dilemas, cuales los conflictos internos y externos, los trastornos, las adversidades, las objeciones, cuales son las trabas, los apuros que nos encontramos en las personas para que finalmente casi nadie se atreva a diseñar ya no solo su matrimonio, sino su vida?
Elucubro yo, que, principalmente, el famoso “que dirán”, los convencionalismos, la rutina o el hábito, la comodidad, el egoísmo, la ausencia de ingenio e imaginación, y la pobreza de espíritu.

Veamos… por partes.

¿De qué estamos hablando exactamente?
Bien... hablamos de dos individuos que en principio no tienen una responsabilidad mayor que la de ellos mismos, es decir... no tienen hijos en los que deban pensar en primer lugar. Inciso: Aun así, aun teniéndolos, me gustaría no pasar por alto una reflexión al respecto. Decidme; si fueseis ateos o budistas... ¿no desearíais educar a vuestros hijos en esa práctica religiosa? ¿No debería ser igual con otras filosofías de vida como pueda ser esta que comentamos? Si pensáis firmemente en que vosotros, solo vosotros podéis diseñar vuestros días... ¿no intentareis instruir, formar, habilitar y capacitar a vuestros vástagos en esas prácticas, en esa mentalidad? Así, podemos concluir diciendo que, siendo adultos incluso con hijos, el diseño de nuestras existencias es posible.
Cuidado: no he dicho fácil ni sencillo y mucho menos trivial. Tampoco quiero parecer procaz.

Retrocedamos. ¿De que estábamos hablando, decía?
Pues de una pareja que decide cenar en el suelo, que mantienen sexo tántrico, que se comparten mutuamente con otros/as, que viajan por separado, que se toman un fin de semana libre, al mes, o a la semana, para ellos solos, que no follan jamás, que fornican copulan , joden o hacen el amor todos los días, que deciden ser familia numerosa y adoptar además tres niños y cuatro iguanas, que deciden no tener hijos pero adoptarlos, que odian lo niños...etc...etc... Infinitas modalidades de matrimonio o vidas…Muchas las conocemos, las hemos visto o oído, pero casi siempre en otros, de forma lejana, y no sin que carguen con un buen numero de críticas (que ya inicialmente nos condicionan), en ocasiones malintencionadas y producto casi siempre de la incomprensión hacia lo desconocido o (sobre todo amigos míos), del mayor mal que nos acucia: La Envidia.
Sinceramente, ¿conocéis mucha gente así? .Vosotros mismos,¿ os aventuráis a practicar con todas sus consecuencias, ese deseo, esa fantasía ,esa hipótesis de vida que alimentáis desde los 18 años? .Conocéis alguien, ¿os atrevéis a llevarlo a la práctica y a vivirlo sin esconderos, orgullosos, satisfechos, ufanos?
Deberíamos.

Sencillamente se trata de decidir que quieres hacer, consultarlo, consensuarlo con tu pareja, establecer unas normas, aceptar con madurez la decisión tomada y llevarla a buen fin, hasta sus últimas consecuencias. Felices de hacerlo.

Por el camino, nos encontraremos con personas que no comprenden ese tipo de relación y por tanto no la valoran. Puede ser que incluso la teman, y se dediquen al deporte nacional; desprestigiar, censurar enjuiciar y criticar
No podemos negar que este tipo de incidencias, debilita a la pareja y su determinación en muchas ocasiones, tentándolos para que escojan lo más sencillo que siempre es incluirse que excluirse aunque esto último sea para ser más coherentes con uno mismo y llevar a cabo nuestros sueños y deseos.
Otra modalidad de parásitos que podemos encontrarnos son los que envidian nuestra fortaleza pues ellos carecen de la suficiente seguridad para hacer lo que nosotros. Estos tampoco serán nuestros aliados a menos que posean un corazón noble generoso y comprensivo. La solución; ignorarlos y si procede, animarlos a deshacerse de su inseguridad. Existen los frustrados. Esos que miran con asco cualquier novedad y que se dan mucho en parejas donde o uno de los dos cónyuges desea volar, evolucionar, cambiar pero el otro se niega. Es cuando este primero puede expulsar su frustración desprestigiando nuestro estilo de vida. También estos pueden mellar a la pareja de la que hablamos, pues verse reflejado en los ojos de los demás como bichos raros siempre, no resulta muy agradable, reconozcámoslo.

En general, una pareja que diseña su vida al margen de lo usual, debe saber, debe ser consciente que no lo va a tener fácil. Que no se lo van a poner fácil. Pero ambos deben ponerse de acuerdo en mantener con fuerza sus ideales. Aquellos por los que apostaron y que les hacen felices y olvidar al resto del mundo, pues el resto del mundo no vive con nostros, no comparte nuestras inquietudes y en verdad no tienen por que hacerlo.

Veamos un ejemplo difícil de entender, de practicar y de incluso mantener. Imaginemos una pareja (dos) que decide convertirse en tres ocasionalmente.
¿Que factores deberíamos tener en cuenta, para que esto no se nos vaya de las manos?
Antes que nada, realicemos un boceto, un bosquejo de nuestras pretensiones.
En primer lugar ambos deben desearlo intensamente. No damos por válido que uno acceda por hacer feliz al otro. Si, un acto de generosidad este muy encomiable, pero de duración breve y de consecuencias graves. Tarde o temprano, surgirán problemas que se le reprocharán al otro.
En segundo lugar, los dos deben establecer unas normas. Las que sean. Por ejemplo; el día, la hora, el tiempo, los limites de intimidad, la persona elegida, si se hace público o no... Etc.
Tercer factor: La tercera persona, que se incluirá en esta original pareja debe ser informada de estas normas y objetivos para que no se conduzca a confusión y debe estar de acuerdo con ellos al completo.

Bien... supongo que podemos añadir algo más... pero en principio, establecidas estas premisas... ¿Que problema hay? Parece que ninguno, ¿no?
Y entonces… ¿Por qué esto es tan poco usual?
¿Por qué surgen los problemas finalmente?
Si todo esta claro y diáfano… ¿Que ocurre pues?
Puedo pensar que quizás, exponerlo públicamente no resulte buena idea puesto que es algo que pertenece a la intimidad de las personas y que puede acarrear comentarios fuera de lugar que dañen la sensibilidad de alguno de los implicados.
Puedo imaginar que uno de los tres decide romper alguna norma
Puedo creer que la pareja de dos, se rompa porque uno de ellos decida amar al tercero.

Pero… ¿Acaso en las parejas tradicionales no surgen problemas que tienen las mismas consecuencias? Ruptura, celos, odios, engaños,..etc. ¿No tienen estas parejas convencionales, tradicionales unas normas, unos objetivos, firmemente decididos, aceptados firmados y sellados y también se rompen? Deciamos al principio que no se trataba de algo sencillo, pero…¿ por suerte, una relaccion al uso lo es? Entonces... ¿de verdad creemos que mantener la relación que nosotros buscamos por muy diferente que sea, es mas difícil que mantener otra en la que nos aburrimos como ostras, de las que estamos hastiados? ¿Relacciones que vivimos entre el tedio, el muermo y la desgana, donde los soporiferos dias se suceden sin novedad ni variación y que no nos satisfacen nada?

Pues así, Yo apuesto por aquellas relaciones o vinculos que nos mantienen lejos del sopor que nos aletarga y nos sostienen la sangre caliente, fluida llena de vida, Que son reflejo de lo que somos y lo que pensamos, como nuestro piso, como nuestra ropa, Diséñenos nuestros matrimonios, nuestras vidas.. Seamos coherentes y congruentes.. Seamos libres. Soberanos de nuestras horas. Francos con nosotros mismos. Seamos consecuentes. Independientes.
Busquemos la pareja que pueda compartir nuestros sueños, indaguemos en nuestra alma, no nos dejemos aprisionar por algo en lo que no creemos y que está establecido nada mas que por costumbre y comodidad. Replántemelos nuestros hábitos, seamos críticos, construyamos nuestros días. Apostemos fuerte. No condenemos gratuitamente, evitemos las maledicencias, y las murmuraciones

¡¡¡Desdramaticemos, señores...¡¡¡