Igual que las respuestas que busca,
Glauca es ambigua.
Nace del fondo y en el fondo.

Glauca dice :¿Por Qué?

Ad Hoc

viernes, 14 de enero de 2011

Sibaritas del Mundo

Hoy en día, todo el mundo sabe qué es un sibarita o por lo menos ha oído tal palabra....pero ¿de dónde proviene y por qué significa lo que significa?
Se llama Sibarita a una persona o grupo urbano, de gustos refinados. La etimología de este término deriva de la ciudad italiana de Sibari, que en la antigüedad era famosa por la exquisitez de sus servicios (....vamos una ciudad cinco estrellas). Sibari fue una ciudad del sur de Italia fundada en la antigüedad por colonos griegos. Ciudad muy próspera, y sus habitantes se ganaron fama de pijines y comodones (unos vividores que se enriquecieron a costa de otros que eran pobres, como los ricos de ahora). Les gustaba bailar y cantar, y enseñaban a sus caballos a desfilar y a hacer piruetas cada vez que sonaba música. Ni siquiera soportaban que los herreros u otros artesanos hicieran ruido en su trabajo...Aún así les iba muy bien gracias al comercio. No les preocupaba mucho más por tenerlo todo.
Sin embargo, la cercana ciudad de Crotona sintió envidia de las riquezas sibaritas (el dinero que es muy malo),y por ello les declararon la guerra. Así, un ejército de Crotona se presentó frente a Sibari con aviesas intenciones ("pa" quitárselo "to"). Los sibaritas confiados en su potente y engalanado ejército, salieron de la ciudad para enfrentarse a los crotonenses Las compañías de jinetes se prepararon para cargar contra los invasores que esperaban extrañamente tranquilos.Sin embargo, en el último instante, los crotonenses mostraron su arma secreta contra los sibaritas. A una orden, cientos de crotonenses comenzaron a tocar trompetas y demás instrumentos musicales perfectamente sincronizados. Los caballos sibaritas, al escuchar la música, detuvieron su carga ante la incredulidad de sus jinetes, y comenzaron a formar como si de un desfile se tratara, siendo así fácil presa para los crotonenses, que se lanzaron sobre ellos en plena procesión. Sin su principal arma, el ejército sibarita fue facilmente derrotado por Crotona. Sibari fue destruida.

Visto así podemos llegar a la conclusión de que eran unos lelos dedicados nada más que a atusar sus cabellos y las crines de sus caballos.
Pero yo me pregunto... ¿Son los sibaritas algo más que eso? Debajo de esa postura tan repelente y tan alejada de casi todo.. ¿Existe un hombre sensible, con capacidad de amar, de sabcrificio de esfuerzo ? y sobre todo me pregunto ¿ Puede profundizar un sibarita?
Es decir, ¿su vida transcurre en la formación academica y el disfrute de ciertos placeres o de todos los placeres? ¿Su vida es tan frívola? ¿Se puede vivir así? Yo creo que tienen que echar de menos algo y que en parte convertirse en sibarita es tambien una forma de escudo. Penetrar es a veces sufrir. Ya lo decía Unamuno;

" Ocurre con frecuencia en las conversaciones, que se llega a tratar de lo que las gentes llaman filosofía, de la brevedad de la vida, de la vanidad de todo. Y, entonces, casi siempre se dice: lo mejor esnopensar en eso, porque no se podría vivir. Y, sin embargo, lo mejor es pensar en ello."

Sigo informándome y encuentro definiciones más detalladas que tal vez consigan que ovide o al menos aplaque el asco que me dan aquellos que enarbolan esa bandera y, con orgullo además. Y digo asco, porque se me antoja que pretenden lucir algo que nadie tiene, disfrutar de algo que nadie entiende, ocultarse bajo una capa dorada, presumir de algo que a casi nadie importa y sentirse orgullosos de poder dedicar su tiempo a estos menesteres tan distintos de los que ocupan a la mayor parte de los mortales como puede ser sin ir más lejos, llegar a fin de mes en la compra intentando no comprar mortadela envenenada.

Los sibaritas inclinan sus preferencias hacia productos de alta calidad. Un sibarita tiene la capacidad de convertirse en valuador, al desarrollar conocimientos suficientes para otorgar una ponderación adecuada a productos que parecieran similares. Esta cualidad es una ventaja al obtener productos de diferente valor económico. Dicen que cuando un sibarita reconoce y da alta apreciación a un producto, intenta adquirirlo sin importar el precio del mismo. Pero no me digan que si no se puede, no se puede. A ver, yo digo; Amigos; os aseguro que sé distingir un jamón de bellota de uno que no lo es.Pero como me importa más que mi familia pueda vivir con la tranquilidad que dá tener las facturas pagadas, pues compro paletilla y cuando pueda, jamón ibérico que tampoco está mal.
Pienso que suelen ser personas con alto nivel adquisitivo. Lo bueno es que esto no es en todos los casos; el gozo de un buen producto no implica necesariamente un poder económico. Es decir, que se puede ser un sibarita sólo de titulo. Si se trata de saber distinguir, apreciar y disfrutar un bien , entonces muchos somos sibaritas. Pero muchos no practicamos el sibaritismo, aunque en ocasiones nos tiente. Y no lo hacemos principalmente por dos motivos.Uno es que economicamente estos placeres suelen ser caros .Y, otro es el que más me interesa y el que me inclino a pensar que han perdido estos llamados sibaritas.Y , es la capacidad de escoger, de equilibrar, de anteponer.
Hay una discrepancia en lo que se concibe como la principal acepción de la palabra. Algunas personas encuentran en el sibaritismo algo más que ostentación. De hecho quieren que se logre hacer la distinción entre lo que es el placer que un sibarita obtiene de las cosas y el placer (tal vez desordenado) de la arrogancia ostentosa, presuntuosa, petulante. Es decir, aquellos que sabiendo que su contertulio no tiene acceso a estos placeres, hacen gala de haberlos provado sin ningún tipo de pudor, ni de tacto. Aquellos que piensan queconvertirse en un ser tan superficial no sólo es de buen gusto si no que da para sentir orgullo por ello . Aquellos que andan tan lejos de nosotros que se nos antojan extraterrestres petulantes.

No, no penséis que se trata de envidia. No. Simplemente es que me niego a relaccionarme con personas que sólo buscan esto en la vida. Para mí, rodearme , buscar y sentir la belleza es indispensable, pero sé cuando tengo que renunciar a ella, y se donde hay cosas muy bellas y totalmente gratuitas. Sitios, que estos sibaritas de superficie no será capaces de encontrar jamás.
Yo lo que pienso es que siempre hay algo más importante que algo bueno, muy bueno, incluso exquisito. Es cuestión de elección. De ellos y de nosotros.

miércoles, 5 de enero de 2011

Navidad, Navidad...



NAVIDAD EN TIEMPOS DE CRISIS


Hoy estoy algo rabiosa. He recibido algún que otro comentario y he leido miles de ellos criticando, a la Navidad , llamándola hipocrisia de masas y echándome en cara, que mi espíritu se deja imbuir del llamado espiritu navideño como si esto fuese algo vulgar y/o malo. Quiero hacer una breve reflexión acerca de la Navidad. Acerca de algo que creo todos de un modo u otro sentimos.

Parece que hay personas que encuentran satisfaccíón en fastidiar las fiestas a los demás con sus comentarios desnutridos de alegria y muertos de envidia. Son constantes sus burlas y desprecios por todo aquello que rodea a estas fechas aunque se trate de buenos sentimientos. Siempre he pensado que es como si una avaricioso que lo es durante todo el año, de pronto da una limosna y se le desprecia dicha lismosna.¡¡ Pero vamos a ver¡¡ Que más da¡ Aprovechemos que al menos un a vez al año, ha sentido la necesidad de compartir. No seamos tan tontos por favor.


Las fiestas de Navidad se han convertido, desde hace años, en parte de las de fin de año. Son fechas tope para el consumo, que todas las grandes firmas aprovechan para bombardearnos con la publicidad. La aglomeración de ofertas y la promoción de las marcas canalizan nuestros deseos hacia las compras, con el mensaje implícito de que la felicidad y la alegría de estos días está en función de lo que podamos poseer.

Los excesos de las fiestas, los gastronómicos y los de la tarjeta de crédito, se compensan con la necesidad de sentirnos felices, haciendo como los demás, pasándolo bien y disfrutando. La abundancia de las sociedades de consumo es la otra cara de un mensaje implícito, que hace poco pregonaban los autobuses publicitarios de un grupo de ateos: probablemente, Dios no existe, despreocúpate y disfruta de la vida.

Quizás estas navidades no sea posible seguir el consejo, despreocuparnos y disfrutar sin más. Hay muchas cosas que lo impiden, aunque no fuéramos cristianos y la Navidad sea una mera fiesta de fin de año. Se amontonan las noticias sobre la crisis económica, sobre hogares en los que ya no entra ningún ingreso, sobre recortes de salarios y de pagas extras, sobre la supresión de los 426 euros con los que sobrevivían cientos de miles de familias... la desesperación de muchos y la mia propia.

Probablemente, todos conozcamos a gente en paro y sin expectativas, a otros que las pierden a pasos agigantados y a muchos que luchan contra una pobreza vergonzante, de la que no tienen culpa, y que se esfuerzan por encubrir, porque nunca pasaron necesidad... Y si salimos al extranjero, el panorama es todavía peor, con más de mil millones de personas que viven con menos de un euro al día. Y todavia hay gente que por ver algún bar lleno en plenas fiestas se cree que no pasa nada, que todo es una exageración y que la gente se queja por vicio.

Por eso, no es posible ser indiferentes. Estas navidades podemos reavivar viejos recuerdos familiares de otras épocas. Aunque ya no seamos cristianos, podemos recordar que nuestros padres y antepasados celebraban la llegada del Mesías de los pobres; que el mensaje de la Navidad llama a la solidaridad con los más necesitados; que se anuncia la paz para los de buena voluntad, y que ésta exige luchar por la justicia y sentirse concernido por quienes lo pasan mal. No podemos despreocuparnos, aunque Dios no existiera, sino hacernos cargo de la dura realidad por la que atravesamos. Que ella nos toque el bolsillo y el corazón, que sepamos darle gracias a la vida (si es que no creemos en Dios) los que no tengan apuros económicos y que valoremos el significado de la Navidad como una fiesta de familia, de amigos y de relaciones personales.
Si no queremos dar, si no podemos hacerlo, al menos sonriamos a los que nos sonrien y hagamos que los que no pueden hacerlo, lo hagan al recibir nuestra sonrisa. Sintamos esa especie de abultamiento del espiritu, del corazon. Quizás nos guste tanto que decidamos vivirlo todo el año.

Y es que acumular bienes de consumo no es el secreto de la felicidad, sino tener personas con las que compartir, mucho o poco. Los más pobres hoy no son sólo los que no tienen nada material para celebrar, ¡que también!, sino gente solitaria que, quizás, tienen mucho dinero y perciben estos días su aislamiento, la falta de personas queridas que ya no están, las que hacían que la vida mereciera la pena. Hoy es dia de Reyes. Y por la radio la gente relataba como eran sus noches de Reyes, coincidiendo todos en que en realidad no recordaban los regalos que recibian si no la emoción del dia , el después más mayores, saber valorar el esfuerzo de sus padres, las ganas que tenian de hacer felices a sus hijos aunque fuese con una caja de Surtido Cuetara. Es eso de lo que nos alimentamos; de emociones, de ilusión de amor, Y eso lo que echamos de menos. ¿Acaso mi madre será menos feliz este año o tendrá menos mariposas en el estomago cuando den las 11.30 de la noche si mi padre no ha encargado a los RRMM un diamante ?
No cabe duda de que la Navidad es ambigua, dura y, al menos, agridulce, porque pone en primer plano las carencias humanas, simbolizadas por un niño que nace en condiciones tercermundistas. Y si Dios no existe, sólo queda el hombre, que es quien puede paliar el sin sentido de la vida y amortiguar el sufrimiento de tanta gente que lo pasa mal. Y no podemos perder la esperanza en el hombre. Debemos comensar por nosotros mismos. Ablandandonos, y si es necesario hasta volviéndonos cursiles. Y a los cristianos nos queda un mensaje de esperanza, tras la llamada a la solidaridad. Se nos ha dado la historia de un niño judío que nos enseñó lo que es importante en la vida y que anunció a un Dios que se hace presente en la miseria humana. Y es un Dios dependiente, simbolizado por la fragilidad del recién nacido, que necesita del prójimo para salvar y redimir tanto sufrimiento.

No hay que despreocuparse, aunque Dios no exista, pero si existe, sólo se hace presente en los que se sienten vulnerables con los que lo pasan mal e intentan compartir con ellos lo que son y lo que tienen. Y esto sigue siendo parte del núcleo de la Navidad en una época de crisis. Y no es cuestión de palabras, sino de formas de vida, de hechos y de relaciones interpersonales, porque el hombre aislado está condenado y el que no comparte lo que tiene (dinero, salud, cultura...) se empobrece. No quedarse tranquilo ante el sufrimiento humano es parte del mensaje a los hombres "de buena voluntad".
Por favor, compartamos nuestras sonrisas al mirar como si fuese la primera vez las luces de navidad .
Felices Reyes.