Igual que las respuestas que busca,
Glauca es ambigua.
Nace del fondo y en el fondo.

Glauca dice :¿Por Qué?

Ad Hoc

miércoles, 8 de septiembre de 2010

"De lo Mejor y lo Peor"

PRIMERA PARTE

Sabemos muchas veces el comienzo de las cosas, su germinación y su formación. Así como el agricultor en la Tierra deposita la semilla, dejamos nosotros un hecho, a veces insignificante en el seno del Tiempo. Luego este hecho se agranda, se complica y a veces nos sorprende.
Es un huevo de paloma del que ha nacido un dragón.

Los comienzos – Evocaciones.
Arturo y Elvira

Una dulce y juvenil brisa nacida en los bosques de la Alhambra removió la melena de Arturo aquella noche de verano de 1999. Estrenaba con donaire sus 25 años. Era hermoso e inconfundible. Lo sabía. Su inconfundible aroma exento de perfume, llego hasta Elvira, que, sumamente complacida, esbozó una leve sonrisa apenas perceptible y oprimió dulcemente la mano de la que no se soltaba desde hacia horas.
Marcaban en le Lotus de Arturo, las 4 de la madrugada y con los espíritus algo embotados de felicidad habían decidido pasear un rato, hasta que amaneciese, se les cansasen los pies, o se durmiesen en algún portal.
No había prisa. No había ruido. No había angustia ni miedo.
Serenidad. Agua y aire. Cielo y estrellas.

No existía en las calles granadinas más almas que las de ellos dos, ni más sonido que el de sus pasos y el murmullo de algunos duendecillos traviesos que se daban un baño en las acequias del recinto Alambreño.
Venían de pasar la noche en un local especializado en Jazz. Aún les parecía oirlo. Lucia él camisa rosa palo que resaltaba el moreno recién adquirido ese fin de semana en las playas almerienses. Clásicos zapatos ocres de cordones. Elvira se deleitaba en el sonido que hacían al pisar la fina gravilla ligeramente húmeda del piso. Adoraba la forma de andar de Arturo. Firme pero pausada, derecha y musical, imprimía un balanceo sensual a sus caderas y ancha espalda.
Ella estaba espectacular, más si cabe que de constumbre, con su vestido largo, de vuelo inmenso e intensas flores sobre fondo negro. El escote en la espalda, cruzado y profundo, le dejaba al descubierto demasiada piel para la fresca brisa de esas horas y mimosa, requería la cálida mano de Arturo en su espalda.
Su roce le erizaba la piel .Siempre.

Apenas si habían cruzado palabra entre sorbo y sorbo al tequila de él y al ron de ella. No les hacia ninguna falta. Tampoco ahora, en la lenta subida hacia el preciosos mirador lo hacían. Estaban absortos, inmersos en una masa de sentimientos que les colapsaba el alma.
Para ellos sólo tenia valor una cosa; estar juntos y por eso se conformaban con permanecer cerca.

Este era su momento. Nada podría cambiarlo, nada ni nadie podría interferir. Se sentían dueños del mundo y seguros de si mismos y de los sentimientos del otro. Se amaban con intensidad, con dulzura, con respeto. Se admiraban mutuamente y por ello sus miradas parecían a punto de combustión, como si fuesen las ultima que podrían dirigirse.

Nada podía prevenirles ni prepararles después de 6 durísimos años, en los que sus latidos por el otro se pusieron a prueba, acerca de lo que aun les quedaba por vivir.

Hoy no podrían creerlo
Ni él, ni ella, ni….
Pero algo estaba claro en sus mentes y en sus corazones..si antes cualquiera de los dos hubiesen sido capaces de matar por estar cerca del otro, ahora tenían aún más motivos para hacerlo.

3 comentarios:

  1. Gran alegría la que me he llevado al entrar y encontrarmelo...maravilloso por ahora.

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  2. Bien.. necesitamos más continuidad, Glauca, si no nos vamos a perder en el hilo de la novela. De verdad piensas publicarla aqui? Por lo pronto, Arturo y Elvira me han intrigado.

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  3. Glauca, quiero más. Como bien dice el anónimo, tus protagonistas me han intrigado.

    Creo que la cuestión de la intriga va con tu naturaleza y es una parte que me fascina.

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