Igual que las respuestas que busca,
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Glauca dice :¿Por Qué?

Ad Hoc

miércoles, 17 de marzo de 2010

Relato nº 5: Volver a la Esperanza




Yo me jacto de mis propósitos, no de mis logros” (Antonio Machado).


Volvieron a verse. Volvieron a hablar. Reanudaron. Como si de un tratado de paz –lo que realmente era – o un nuevo protocolo medioambiental se tratara. Y, como en todas los preacuerdos, debates y ponencias bilaterales, las intenciones de cada parte así como sus conclusiones no siempre eran coincidentes ni todo lo cercanas que ambos proyectaron al inicio de aquéllas.
A el le provocaron comedida felicidad, palabra que existe en el diccionario pero cuya definición es tan efímera como su sustancialidad: dura el mismo breve espacio de tiempo que su causa y se van con semejante volatilidad con la que se evaporan las razones de tan esporádico estado de ánimo. Por eso sus esperanzas intentaba amarrarlas con las cadenas de la realidad. No quería dejar volar sus ilusiones para que fueran a estrellarse sobre un mar de decepciones.
Una cosa era cierta, una verdad insondable y, de las pocas certezas absolutas que en su disoluta vida reinaban: la echaba de menos. Incluso sin quererlo; sin pretenderlo; la echaba de menos hasta cuando no la recordaba. Y no sabía qué era lo que realmente le faltaba de ella, pues, ¿qué añoraba? ¿Sus enfados, protestas y negativas? ¿Sus reproches, reprimendas y evasivas? O era aún más inquietante la pregunta: ¿echaba en falta aquello que nunca tuve y ahora deseaba no como un capricho o novedad, sino como una verdadera necesidad del alma y por una simple cuestión de justicia? Sí. Porque nadie se la merecía más que él. O eso se repetía, indudablemente, para levantar su i exánime optimismo. Quizá se había percatado de que estaba sufriendo el mal que describió Shakespeare cuando dijo que “había malgastado su tiempo y ahora el tiempo lo desgastaba a él”. No hallaba una respuesta unívoca, pero, como decía, si que una sola realidad sobrevolaba todas ellas: le hacía falta.
La inminencia de la Primavera no ayudaba. Todo lo contrario. Marzo traía aromas de azahar, de nardo, jazmín y clavel; agua dulce, ribera arrabalera, lirio y farolillos de papel; cucuruchos de galleta y cartón, luces violetas en los balcones y geranios en flor. Aromas, sonidos y colores que se la recordaban en cada rincón; que le hacían tropezar en cada esquina para luego mirar los ojos que me encontraban y ver que no eran de su color avellana.
No había meta; este viaje desconocía su estación término. El simple hecho de haber sacado el billete ya era ilusionante.

Despegar siempre absuelve mariposas estomacales y volar es la sensación más real que jamás podamos tener de la libertad.

5 comentarios:

  1. Gracias por este regalo, sé que no es la intención que tenías, pero me ha emocionado, supongo que ando tonta estos días. Será Marzo o habrán sido las mariposas, quién sabe. De todas formas, ya qué más da.

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  2. ¡Ay, Zarina de todas las extintas repúblicas!; ¡Ay, Zarina de todas las Rusias!;¡Ay,Zarina de apropiaciones súbitas! ¡Ay, Zarina de todas las disciplinas! ¿Habrá un relato, reflexión o poema que no hable de ti, que no te vaya dedicado o no te tenga como musa y cabecera? Permíteme, sin acritud, que, sin conocer los entresijos de la mente glauciana, y mucho menos de su entreverado corazón, creo que su blog tiene una visión más global, y, si tuviera alguna más particular, pienso, almibarada Zarina, que, como todo bloger que se precie, tendría más que ver consigo misma que con los demás. Está muy bien, y es un logro que haya tanta gente que se sienta de un modo u otro identificado con alguna de sus publicaciones. Pero, ¡ay, Zarina, identificación no es sinónimo de protagonismo! ¡Ay, Zarina, no quiera el cielo que sea yo el Pedro III de tu celo, o Gran Catalina!

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  3. ¿Querías cabrearme? Tú, ganas. ¿Contento?

    No te voy a contestar aquí, no es el lugar adecuado, como tú bien dices este sitio tiene una dueña y una protagonista, yo nunca he intentado serlo ¿lo intentas tú?

    Pero eso sí, no me vas a impedir que le haga comentarios, sean los que sean a mi amiga. Si no te gustan, ya sabes lo que te dije en una ocasión: no los leas.

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  4. Glauca, me gusta tu relato :)

    Me gusta porque es un cambio respecto a lo que sueles compartir; me atraen tus mujeres torturadas, por ese afan morboso que nos impulsa a querer saber las miserias ajenas, pero creo que te sentará bien "tomar un poco el aire", con respecto a ellas.

    Tienes el don de hacer que la gente se sienta identificada con tus relatos, porque todos, sin excepción, tenemos nuestro lado oscuro, y esas mujeres son el vivo retrato de nuestros más íntimos anhelos. Desde la mujer de doble cara, con su sensualidad, hasta la que se flagela a sí misma por sus deseos.

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  5. Querida Glauca:
    Que tendrás en tu cabecita? Quien eres? Escribes como una niña, como un tio, como una puta..Quien eres? Que sorpresas nos deparas? Yo, si se me permite, sugiero como una lectora tuya que no he vuelto a ver, un relato erótico. Te asusta el reto?
    Por cierto; una aclaración más aunque no sea lugar.. Yo no soy Y.O.

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